Arriba que es lunes!!!!! Tenéis que contarme como os fue San Valentín!!! Yo he tenido un fin de semana, como decirlo...accidentado. Os cuento, jueves mañana, me llama mi amiga Anyela (si, si, esa misma), y me pide para San Valentín un cupcake para una de las gemelas y otra para su marido Juan (ya os enseñaré una tarta que le hice a Juan), que le haga dos magdalenas, a lo cual le digo que DOS magdalenas no puedo hacer, pero que no se preocupe que se lo hago.
Total, comemos y me dispongo a salir de casa cuando suena el teléfono. Del colegio de Irene que haciendo gimnasia rítmica se ha torcido el pie derecho. Pues venga corriendo a buscarla y al hospital, vendaje, ibuprofeno y para casa. A todo esto 16.40. Me voy hacer los recados, pero acelerada, como si tuviera que hacer todo en tiempo record. A las cinco llego al supermercado y en la puerta en una rampita que hay....ZASCA....
Semejante tortazo me meto y mi pie derecho cruje y decido dejarme caer frenando con mis manos y una uña incluida. Lo primero que hago es mirar si alguien me ha visto y me puede ayudar, y sí, pasaba una chica jovencita por la otra acera, pero decide girar la cara y continuar andando. Para mi esto fue lo peor, PERO COMO ES POSIBLE??? Menuda juventud nos espera, que horror. Después pasa un señor mayor en una bici, se para y me dice "Caiches? Pues claro que caí, menuda estampa para querer estar tirada.
Pero le digo que no se preocupe que puedo sola. Que dolor, manos, rodilla, tobillo....un poema.
En caliente no duele, así que me lié a preparar todo porque si me sentaba a reposar, después no me levantaba. No fui al hospital por no causar cachondeo, acababa de salir hacía media hora.¡¡¡ Reír, reír!!! todos lo hicieron.
No pegué ojo esa noche del dolor y, el viernes, fui junto a mi doctora (la mejor del mundo) y María (mas maja también), me vendó la pierna, antiinflamatorios, y muleta incluida. La muleta al final no la usé, jamás he tenido que usar una y me veía torpe (que por cierto, en seguida mi amiga Susana me dejó una, ¡¡guapa!!).
Total, que con el tobillo como un tronco de gordo, preparé 12 cupcakes red velvet (terciopelo rojo) y crema de queso. Había decidido llevar uno a cada una de mis chicas (con las que fui a comer hace poco), quise hacerlo de sorpresa, pero con el whatsapp, rápido corrió la voz y ya estaban desesperadas por recibir el suyo. Hice un esfuerzo enorme, no me encontraba nada bien, pero como siempre, mereció la pena, por todo el cariñó que recibí a cambio.
Le llevé un cupcake a mi mano derecha, Yolanda, una chica que me ayuda un montón y que forma parte de mi familia, mis hijas y yo la queremos mogollón. Gracias Yoli por todo!!! Y tanta gente que le hubiera entregado un cupcake, pero no tenía fuerzas para preparar más, espero que lo entendáis ( mi cuñada Raquel, Ani, Celia, Loreto, Susana, otra Celia....y muchas más), os lo debo.
Y por supuesto, uno de ellos fue el desayuno de mi hija Irene, me dio un bocado y nos encantó a las dos. Fácil y recomendable. A mi marido no le di ninguno, es alérgico a los lácteos, o intolerante o...llamadlo como queráis, rarito es válido. Así que lo tengo fácil, chocolate es lo único.
Con las prisas se me olvidó sacar foto al cupcake de Juan, lo adorné con un corazón y la palabra Love alrededor. Por cierto, la receta es de Alma Obregón.
Deciros que mi San Valentín, a parte de estar dolorida, fue perfecto, regalos, comimos fuera, con chiquitina incluida, aunque durmió y nos dejó conversar. Mojados, porque llovió para aburrir, pero cuando hay amor no hay adversidades ;-).